Nunca te prometí mi exclusividad, y es cierto que siempre que tuve la oportunidad me esforcé por hacerte sentir excluída con cada intento tuyo por acercarte a mí. Tú no lo sabías, pero en el fondo me hacía gracia, porque yo ya sabía cómo acabaría todo y hasta qué punto te dejaría seguir, o al menos eso creía.
Lo que no pude pensar es que te cansarías, y que tú misma cambiarías las tornas, que me hablarías como siempre pero en el fondo pensando en hacerme daño, que pasarías de dedicarme sonrisas a dedicarme una total indiferencia, y, sobre todo, que eso me importaría y me cabrearía tanto.
Te he de ser sincero, no lo entiendo, de hecho, hoy todavía pienso que eres inmadura y que me aburres, pero aún así, no hay día en el que no me acueste no habiendo pensado en ti.
Pensé que no, pero supongo que me llegaste a intrigar hasta donde tú quisiste, y ahí dijiste basta, dejándome, tras mi constante fachada de indiferencia, totalmente indefenso y vulnerable a ti.
domingo, 25 de septiembre de 2011
lunes, 19 de septiembre de 2011
¿Qué chalada firma esa cláusula?
Me los había puesto, me los había puesto de bien, y no con una tía, no. La coña era que tan tranquilo me contó que no lo consideraba cuernos, pues sus palabras un segundo después de yo haber maldecido a toda su puta estirpe fueron:
"pero nena, deberías saberlo, los gays son la laguna legal de la monogamia".
"pero nena, deberías saberlo, los gays son la laguna legal de la monogamia".
domingo, 18 de septiembre de 2011
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